Riflessioni sulla vita e la società. Espaço para a reflexão dos assuntos da vida, teológicos e sociais.
14 de dezembro de 2009
A Mulher Invisível, o mundo invisível
12 de dezembro de 2009
Ahhhh Hipocrisia...
Este e-mail, recebido por um amigo de um remetente anônimo, é absurdo. Como é possível alguém que diz que "ora" (ai que coisa linda!) chamar um seu irmão em Cristo de BABACA? Como é possível que alguém que se diz ser vo do Senhor escreva um absurdo destes? Agora quem está inconforme com certas situações que estão acontecendo no seminário onde moramos e estudamos não pode falar! Não pode protestar! Já são poucos (quase ninguém) os que se atrevem a falar em voz alta suas opiniões, dúvidas e reclamações. E quem o faz recebe cartas ANÔNIMAS, ameaças e insultos! Que beleza, e isto por parte de quem se proclama defensor do seminário, crente fervoroso que "ora" e busca uma solução para o seminário... só que puxando o saco não se soluciona nada!
Ahhh hipocrisia, temos que estar dentro do molde, senão somos apontados como os ruins, os que não fazem nada por ajudar... claro, a gente tem que baixar a cabeça e morrer de medo e calar ante as injustiças às quais somos sometidos... e ainda tem gente que fala que estão fazendo tudo pelo bem de quem mora-estuda no seminário! É absurdo! É hipocrisia se dizer cristão e escrever uma coisa dessas. É hipocrisia pôr a máscara de santo, de crente, e ameaçar o próximo! É hipocrisia, é antiético, é totalmente ridículo que alguém queira calar a quem tem todo o direito de opinar, de expôr seus pensamentos!
Até onde chegarão estes "cristãos" que "oram" (da mesma forma que os fariseus oravam)? Até onde irá o seminário se ninguém se levanta para protestar? Ai de nós! Quando deixaremos o medo? Quando de verdade agiremos para procurar melhorar o nosso lugar de estudo e moradia, sem pensar nos interesses da instituição somente? E nós? Não temos voz? Não temos opinião?
11 de dezembro de 2009
Día de Censo en Belén
Buscaron alojamiento en una posada, pero eran caras y estaban repletas. Al final se acomodaron en una pesebrera habitada solo por una mula y un buey. Empezaban a descansar cuando apareció un eficiente empadronador del Departamento de Estadísticas que, al saber de los dos inquilinos del establo, acudió a cumplir con su deber e incorporarlos al censo.
Tras indagar por nombres y edades, sondeó el estatus económico de la pareja.
- ¿Profesión del varón?
- Carpintero -respondió José.
- ¿Profesión de la mujer?
- Hogar -respondió María.
- ¿Ingresos mensuales?
- A veces poco y a veces nada -respondieron en coro.
- ¿Casa propia?
- No, pieza de alquiler.
- ¿Aljibe en casa?
- No, tinaja prestada.
- ¿Animales domésticos de su propiedad?
- Ninguno.
- ¿Trajes?
- Las dos túnicas que llevamos puestas.
El censista, conmovido, anotó "Estrato 1" y formuló la última pregunta:
- ¿Nombre de los antecesores del jefe de familia? Supongo -agregó-: que serán desconocidos, con lo cual escribiré N. N.
- Eso sí que no -protestó indignado José-. Sepa usted que soy pobre, pero de muy buena familia, pariente del rey David, y que entre mis antecesores no hay ningún N.N. Ya que lo preguntó, anote con buena letra.
Y empezó a dictar al sorprendido encuestador:
-Abraham engendró a Isaac; Isaac engendró a Jacob; Jacob a Judá, Judá a Fares, Fares a Esrom, Esrom a Aram, Aram a Aminabad, Aminabad a Naasón...
- Perdone: ¿ese Naasón lleva tilde? -interrumpió el funcionario.
- Sí, por tratarse de palabra aguda terminada en ene -respondió José, y prosiguió imperturbable -: Naasón engendró a Salmón (no confundir con Salomón, por favor), Salmón a Booz, Booz a Obed, este a Jesé y Jesé al rey David.
- Muchas gracias -dijo el empadronador aliviando el brazo.
- No, no, la cosa sigue: David engendró a Salomón, Salomón a Roboam, este a Abías, Abías a Asa, Asa a Josafat, Josafat a Joram...
- Mijo -lo detuvo María¿: voy a recostarme porque me siento como mareada.
- Anda -dijo José, y continuó-: Joram engendró a Ozías, Ozías a Joatam, Joatam a Ajaz, Ajaz a Ezequías, este a Manasés, Manasés a Amón, Amón a Josías y Josías a Jeconías y sus hermanos... ¿recuerda la historia del cautiverio en Babilonia?
La noche caía sobre el portal de Belén y José seguía dictando.
- Creo que sí -comentó el agobiado funcionario, que ya había llenado seis papiros proforma con los antepasados de José.
- Bueno, pues Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, este a Abiud, Abiud a Eliaciam, que engendró a Azor...
- ¿Con zeta?
- Sí; los Asor con ese son una familia distintísima. Le decía que Azor engendró a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Ekiud, Ekiud a Eleazar...
En ese momento una luz celestial iluminó el pesebre y flotaron cantos angelicales. José se vio obligado a gritar para que lo escuchara el agotado censista:
- Eleazar engendró a Matán, Matán, que era mi abuelito, engendró a Jacob, y Jacob, que era mi papá, me engendró a mí...
Se oyó entonces el llanto de un recién nacido y, desde el fondo del establo, agregó la voz dulce de María:
- ¡Y José acaba de engendrar a Jesús...!
El funcionario largó mamotreto y lápiz y cayó de rodillas, maravillado.
Por Daniel Samper Pizano