Es que como la mamá de uno no hay otra. Puede que haya señoras bondadosas, amables, buena gente. Pero mi mamá es una, y nadie puede reemplazarla. Sólo ella me dió a luz, me crió, me hizo una persona de bien. Sólo ella con su voz única, su forma de ser, su alegría y optimismo. Sólo una es mi mamá.
Ella me enseñó muchas cosas. Desde el amor por Dios hasta el amor por los animales, el gusto por los viajes, el compartir en família las aventuras.
Mi mamá me hace falta. Son seis años lejos, sin podernos ver, sin podernos hablar todos los días, aprovechando cada llamada, cada vez que nos encontramos por internet. Este día es melancólico, porque no lo puedo celebrar como debía. Y mi mamá tampoco puede, porque yo estoy lejos, y mi abuelita, su mamá, también está. Cada una en un país, deseando estar juntas para celebrar este día. Lo más importante, sin embargo, lo tenemos. Apesar de la distancia tenemos siempre el amor. Aunque no podamos abrazarnos, sabemos que donde quiera que estemos nos queremos, nos añoramos, deseamos que cada una de las otras estén bien. Mi abuelita cuidó de mi mamá, y mi mamá cuidó de mí. El día de las madres celebra en 24 horas lo que las madres hacen todos los días, hasta después de que los hijos crecen, hacen sus vidas y se van. Se van, como en nuestro caso, lejos, muy lejos, haciendo de la distancia un peso en el corazón, un aprieto en el pecho, pues sabemos que no podremos vernos seguido. Mi mamá es especial, es importante, es única. Cerca o lejos, no hay nadie como ella. Y cada día que pasa, cada día que estoy lejos, crece la nostalgia, hasta que muchas veces la garganta se cierra, y los ojos se llenan de lágrimas de nostalgia. Y cuando pasan cosas, y se enfrentan problemas, y la mamá está lejos, se siente que falta algo, pues desde siempre fue mi mamá que me escuchó, que me entendió, que me ayudó.
Seis años de día de la madre, sin mi madre. Cómo me haces falta!!